(Esta carta fue atribuída a José Luis Sampedro Sáez,
el cual lo desmintió posteriormente)
Verá usted, señor presidente. Lo que más me molesta no es que usted sea un
bastardo malnacido, sino un ignorante, y sobre todo un mentiroso. Se presentó a
unas elecciones diciendo que no haría cosas que ahora hace. Dijo hace tiempo que
la posibilidad de una amnistía fiscal le parecía injusta y absurda, y no
ha tardado ni tres meses en recurrir a esta medida de forma injusta y absurda,
como señala el diputado de IU Alberto Garzón al que usted y sus secuaces
ningunean como a cualquier otro que no sea seguidor suyo. Ésa es la democracia
que ustedes entienden, ignorar a los representantes de la ciudadanía que no les
afín. Usted dijo que la Sanidad y la Educación no se tocaban, y la han tocado
pero bien. A la banca nada, y eso que los grandes expertos en economía señalan
que, o le metemos mano a sus amigos de las finanzas, o nos vamos a pique.
Le voy a explicar unas cuantas cosas dado que usted es un ignorante que lee
prensa
deportiva en lugar de libros de historia, economía o política. Durante
los años 20 hubo gente que tuvo la genial idea de crecer mucho, por encima de
sus posibilidades como ahora tienen ustedes tan de moda decirnos. Tanto que
incluso a Churchill, para salir de la situación de postguerra, se le ocurrió
revalorizar la libra, lo que trajo bajada de sueldos y aumento de las horas de
trabajo. No sólo no se creció por encima de lo esperado sino que destruyó la
posibilidad de crear un modelo sostenible de crecimiento basado en el consumo,
lo que permite terciarizar una economía y hacerla verdaderamente competitiva.
Eso es ser un país desarrollado y no ganar mundiales de fútbol. Cuando llegó la
crisis del 29 y la posterior recesión mundial en los 30, en un país tan poco
sospechoso de socialista, comunista o lo que ustedes quieran, como EEUU,
decidieron adoptar una cosa llamada New Deal, que consistió, entre otras cosas,
en subir los sueldos y bajar las horas de trabajo. Como consecuencia, había más
puestos de trabajo para cubrir esas horas de menos, y los que salían de su
trabajo lo invertían en consumo, lo que reactivó la economía y permitió al país
dar un definitivo empujón hacia arriba para salir victorioso de una Guerra
Mundial que libró en tres continentes
Usted miente, señor Presidente, y es sumamente peligroso. Porque el anterior era un inútil, pero usted es un pirómano en mitad de un incendio. El otro creía vivir en el País de las Maravillas y usted nos está sumiendo en el País de los Horrores. Toda política fiscal que no se base en la generación de riqueza, toda medida relativa al empresariado que no atienda prioritariamente a las empresas que cotizan más del 60% de sus ganancias en forma de sueldos e impuestos en España (y no Repsol, que solamente invierte un 20% y ahora la defienden como española; hay empresas extranjeras que reparten más beneficios al conjunto del país), todo lo que no sea alumbrar un futuro basado en la investigación y no en el trabajo precario, es destruir el futuro del país. A usted y sus secuaces se les llena la boca diciendo que hay que fomentar el emprendedorismo, y en lugar de ello desarrollan un plan basándose en los ideales especulativos de los dirigentes de la CEOE cuyo historial de empresas arruinadas por la especulación de la que ellos salen indemnes mientras el Estado se hace cargo de los parados que dejan es absolutamente bochornosa. Eliminan de todo plan de emprendedores la posibilidad del emprendedor social y generan únicamente una nueva casta de tiburones amparados en una reforma laboral neofeudal.
Ustedes se olvidan que los países desarrollados como EEUU, Alemania, Francia, etc., invierten entre el 2’6 y el 3’4% del PIB en I+D+I. España no sólo necesita un esfuerzo superior (en torno al 6%) para ponerse a su altura sino que ustedes nos bajan la inversión del 1’3% al 0’9%. Para entendernos, usted que sólo lee sobre deportes, es la diferencia entre inventar un coche, y fabricarlo. Quien lo inventa tiene los beneficios de todos y cada uno de los coches que se venden. Quien lo fabrica sólo de las unidades que salen de su fábrica. ¿Dónde se inventan los coches? En Alemania, por citar un caso. ¿Dónde se fabrican? En España, Polonia o Rumania. Es evidente de quiénes estamos más cerca, pues. Al darle el hachazo que usted le ha dado a la investigación nos condena a ser un país de camareros, portaequipajes, y por supuesto de trabajadores poco o nada cualificados que trabajemos para empresas extranjeras a sueldos miserables mientras tenemos la moneda de los países con mejor calidad de vida. Si seguimos en el euro es para vivir como ellos, no para que ustedes nos hagan vivir como en Botsuana con precios de París.
Usted nos está suicidando económicamente. Tal vez no sepa quién es Paul
Kruggman, pero es Premio Nobel de Economía. Para él es evidente que usted nos
miente o no quiere darse cuenta de que no estamos ni siquiera en recesión, sino
en fase de depresión, y sus medidas nos hunden cada vez más. Ha aceptado ser el
banco de pruebas del FMI, cuyas medidas ya arruinaron a varios países, pregunte
si no por Grecia o Italia donde están fracasando estrepitosamente. Usted no le
dice a la gente que estamos metidos en una III Guerra Mundial cuyas armas no son
de fuego, sino que tienen a forma de experimentos socio-económicos, donde los
tanques son agencias de calificación de la deuda, donde los países utilizan a
los ciudadanos para intereses ajenos a estos, y donde, al final, la gente está
muriendo y sufriendo, como en cualquier guerra. Usted nos dice que es bueno
meter a cuarenta alumnos por clase, que es bueno que haya menos profesores,
menos médicos, menos atención sanitaria, y a veces pienso que simplemente usted
es gilipollas, que no puede ser que actúe con maldad. Y créame, lo sigo
pensando. Los malos seguramente son otros, usted no tiene la inteligencia
suficiente para darse cuenta de todo eso. Sí la tiene, en cambio, para saber que
todo esto puede traer revueltas sociales, agitación en la calle. Por eso va a
aprobar una medida por la cual será terrorismo y condena criminal resistirse a
la voluntad del Gobierno expresada en sus brazos de coerción, es decir, al
policía. Como yo le estoy diciendo esto, seguramente me acusará de terrorismo
por incitar a la gente a decirle a usted las verdades a la cara.
Señor Presidente, usted no quiere decirlo porque la Führer Merkel le amenaza desde el IV Reich que se ha instalado. No es una exageración, oiga, que lo dice hasta el Financial Times que como todo el mundo sabe es muy de izquierdas sin duda. Estamos metidos en mitad de una III Guerra Mundial, vuelvo a repetírselo, y no es una idea únicamente mía, sino de gente de esa que ha estudiado, tiene doctorados, ha dado clase en varias universidades, ha viajado por el mundo, ha leído mucho, mucho, habla varios idiomas, ha vivido diferentes procesos de crisis y recuperación, y a algunos también les gustan los deportes. Pero también ven que ustedes nos metieron una primera fase de Movimientos Financieros que ahogaron nuestra economía y ahora nos meten en una fase de Posiciones para hundirnos en el shock, en el miedo, en la angustia.
Señor Presidente, usted no quiere decirlo porque la Führer Merkel le amenaza desde el IV Reich que se ha instalado. No es una exageración, oiga, que lo dice hasta el Financial Times que como todo el mundo sabe es muy de izquierdas sin duda. Estamos metidos en mitad de una III Guerra Mundial, vuelvo a repetírselo, y no es una idea únicamente mía, sino de gente de esa que ha estudiado, tiene doctorados, ha dado clase en varias universidades, ha viajado por el mundo, ha leído mucho, mucho, habla varios idiomas, ha vivido diferentes procesos de crisis y recuperación, y a algunos también les gustan los deportes. Pero también ven que ustedes nos metieron una primera fase de Movimientos Financieros que ahogaron nuestra economía y ahora nos meten en una fase de Posiciones para hundirnos en el shock, en el miedo, en la angustia.
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