viernes, 18 de abril de 2014

BICARBONATO DE SODIO ¿LA CURA CONTRA EL CÄNCER?


El Bicarbonato de Sodio es uno de los alcalinizantes más potentes que existe. Otto Heinrich Warburg (Premio Nobel 1931 por su tesis “La causa primaria y la prevención del cáncer”) afirmó que “Las Células cancerosas viven en un ambiente extremadamente ácido y carente de oxigeno.Las Células sanas viven en un entorno alcalino y oxigenado, lo cual permite su normal funcionamiento. Privar a una célula del 35% de su oxígeno durante 48 horas puede muy probablemente, convertirlas en cancerosas. Las substancias ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias y células alcalinas atraen el oxígeno. Las células cancerosas son anaerobias (no respiran oxígeno) y NO PUEDEN sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno. En cambio, sobreviven gracias a la GLUCOSA siempre y cuando el entorno esté libre de oxígeno. Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos. Por lo tanto, el cáncer no sería nada más que un mecanismo de defensa que tienen ciertas células del organismo para continuar con vida en un entorno acido y carente de oxigeno".


LA DOSIS RECOMENDADA ES: 1/2 Litro de Agua + zumo de 3 Limones + 1 Cucharadita de Bicarbonato de Sodio. Tomar en ayunas durante la mañana, puede ser dividido en dos tomas durante el día,   no entre comidas. Lo mejor es tomarlo todos los días, incluso cuando la enfermedad ya haya desaparecido, porque todo cáncer puede volver, y es importante prevenir.


                                                 

Doctora Elizabeth Izquierdo: “Soy médico y me niego a creer que solamente la radio y quimioterapias son las salvadoras del cáncer”.
DERROTANDO AL CÁNCER: Un Aliado Insospechado. En Tu Botiquín Puedes Encontrar la Kryptonita para el Cáncer   

¿Quién lo diría? El humilde y baratísimo bicarbonato de sodio, según las más recientes y sorprendentes investigaciones, DETIENE y CURA el cáncer. Y no sólo eso: Alivia de manera muy importante los efectos secundarios tan negativos de la quimioterapia. Así es: Los especialistas convencionales, que forman parte consciente o inconscientemente del aparato financiero más depredador de la historia, el complejo industrial farmacéutico-médico, siguen convencidos de que el cáncer es un misterio impenetrable.

La “solución” de la medicina organizada para el cáncer reside en tres procedimientos muy riesgosos y altamente invasivos: cirugía, quimioterapia y radiación. La Solución Puede Estar en el Botiquín de tu Baño. En su libro, “Winning the War on Cancer”(“Ganando la Guerra al Cáncer”), su autor, el Dr. Mark Sircus, aborda el tema del bicarbonato de sodio, el cual ayuda a salvar innumerables vidas cada día. El bicarbonato de sodio es el método conocido desde antaño para acelerar el retorno a la normalidad de los niveles de bicarbonato en el cuerpo.Y es, también, la más barata, segura, y quizás la más efectiva medicina en existencia para el cáncer. El bicarbonato de sodio le da al cuerpo una forma natural de quimioterapia que efectivamente mata las células cancerígenas, sin los demoledores efectos secundarios y
costos de los tratamientos de quimioterapia convencionales.


¿SABES CUÁL ES EL PROBLEMA PARA QUE LOS MÉDICOS NO RECETEN ESTE MILAGROSO REMEDIO?

Es muy muy barato. Dado que nadie se puede enriquecer ni hacer montones de dinero con algo tan simple, nadie lo promueve. Así de sencilla y así de brutal es la realidad. Y aún así, probablemente hasta hoy no habías oído de ellas, porque son sencillas y baratas, y por lo tanto, carecen del soporte para ser investigadas y publicadas.

La comunidad médica convencional le ha volteado la espalda al Dr.Simoncini y a otros colegas suyos, porque él, como un honesto oncólogo que es –especialista en cáncer – se ha rehusado a usar los métodos convencionales, decidiendo administrar a sus pacientes bicarbonato de sodio, con un impresionante éxito en el 99 por ciento de los casos de cáncer de seno. Y el cáncer de vejiga se puede curar en muy poco tiempo, por completo, sin cirugía, sin quimio ni radioterapia, usando tan sólo un aparato local de infiltración (similar a un catéter) para infundir el bicarbonato de sodio directamente al sitio infectado sea en el seno o en la vejiga. Pero también puede ser consumido oralmente.

LAS FARMACÉUTICAS: Tanto saben las farmacéuticas que el bicarbonato de sodio aplicado a los tumores acaba por desaparecerlos rápidamente, que muchos de los tratamientos de quimioterapia incluyen actualmente el bicarbonato de sodio, con el pretexto de que “ayuda” a proteger los riñones, el corazón y el sistema nervioso del paciente. Y ha sido ya determinado que el administrar quimioterapia sin el bicarbonato puede matar al paciente ahí mismo. Así, cuando escuchamos ahora los “éxitos” de la quimioterapia -sobre todo con reportajes en televisión y cable de celebridades curándose milagrosamente-, lo que no se nos informa es que es precisamente el bicarbonato de sodio el que está actuando, no sólo para detener las metástasis y curar el cáncer, sino también para disminuir al mínimo los nocivos efectos secundarios de los temibles venenos tóxicos de la quimioterapia. El Dr. Sircus así lo asegura. “No existe estudio alguno que separe los efectos del bicarbonato de sodio de los agentes tóxicos de la quimioterapia… ni los habrá…”dice resignadamente el doctor.

EL FACTOR EMOCIONAL: Desde hace tiempo se sabe que la angustia o ansiedad extremas -pérdida del ser amado, fracaso en las metas fijadas, dilemas existenciales, traumas morales o emocionales, etc.- pueden desencadenar toda una serie de males físicos -migrañas, hipertensión, baja del sistema inmunológico, etc., llegando hasta el cáncer. Y esto es lógico: Si no hubiera una baja en el sistema inmunológico, sea esta repentina o crónica, no hubiera manera en que los hongos, que según estudios recientes, son los que causan el cáncer, pudiera proliferar al grado de poner en riesgo la vida.


                                               
 


miércoles, 12 de marzo de 2014

LA ZONA X


A lo largo del siglo XX se han producido no pocas desapariciones de aviones en pleno vuelo, tal y como le ha ocurrido hace unos días al Boeing de Malaysia Airlines, con 239 pasajeros a bordo. Aún en los casos no resueltos, como el que tiene en vilo estos días a las autoridades malayas y a los familiares de las víctimas, estos sucesos misteriosos suelen ser generalmente explicables. En este caso se habla de la desintegración del avión en el aire o la posibilidad de un atentado terrorista.

Un avión comercial se esfuma..., sin dejar rastro, pese a los avances tecnológicos que deberían garantizar su seguimiento desde radares o torres de control. ¿Cómo es posible que suceda eso en pleno siglo XXI? Esta es la pregunta que se hace todo el mundo tras la desaparición, con 239 personas a bordo, de un Boeing 777-200 de Malaysian Airlines que cubría en la madrugada del sábado el trayecto entre Kuala Lumpur y Pekín. Ya no solo por su tamaño -60 metros de envergadura y una longitud de 63 metros-, sino por la gran cantidad de aparatos electrónicos -GPS, sistemas de comunicaciones informáticas, balizas de seguimiento y posición...- que figuran en su interior y que indican, incluso, si en caso de accidente hay algún superviviente en la aeronave. Cinco días después,nada se sabe.

Sin embargo, existe un lugar en el mundo donde las causas y las condiciones en las que se han producido estas desapariciones permanecen todavía en la más absoluta oscuridad, aunque hayan pasado décadas. Se trata, como no, del 'Triángulo de las Bermudas', nombre empleado por primera vez, en 1964, por el periodista norteamericano Vicente Gaddis. Con él se refería a la región situada entre la Florida, las Bermudas y Puerto Rico, en la que centenares de aviones, barcos y personas se habían desvanecido sin dejar rastro.

El caso más famoso de todos los que se han producido en el Triángulo de la Bermudas es el vuelo 19, una escuadrilla de cinco aviones torpederos Avenger de la marina de Estados Unidos, todos provistos de un equipo de navegación muy sofisticado, que desapareció durante un vuelo de entrenamiento, el 5 de diciembre de 1945.


                                             



"No sabemos dónde está el oeste"

Tras despegar de la base de Fort Lauderdale, en Florida, el vuelo de la escuadrilla transcurría con toda normalidad, hasta que el teniente Carlos O. Taylor informó con preocupación a la torre de control que su cuadrilla estaba perdida y que no podía distinguir la superficie del océano.
La torre pidió entonces a los pilotos que se dirigieran hacia el oeste, pero la respuesta del oficial fue aún más sorprendente que la primera: "No sabemos dónde está el oeste. Todo parece falso, extraño. No estamos seguros de ningún rumbo. Incluso el océano no parece ser el mismo de siempre". Poco después, se perdió el contacto con los cinco aviones y el gran hidroavión bimotor 'Martin Mariner' fue enviado inmediatamente su auxilio. ¿Qué ocurrió? Pues que el enorme hidroavión desapareció a su vez, tan misteriosamente como ellos.

En pocas horas, seis aviones y 27 hombres se desvanecieron sin que el Ejército estadounidense encontrara jamás una explicación racional. Desde ese año y hasta 1975, un total de 37 aviones, más de 50 barcos y un submarino atómico, con toda su tripulación, desaparecieron sin una causa aparente y sin que se haya encontrado ningún cuerpo ni resto alguno hasta ahora.

 El Star Dust y supuestos, los ovnis (1947).

El 2 de agosto de 1947, un Avro Lancastrian -un avión de pasajeros basado en el bombardero Lancaster de la Segunda Guerra Mundial- despegaba de Buenos Aires con destino a Santiago de Chile. A bordo del aparato, de la British South American Airways y bautizado como 'Star Dust', viajaban 11 personas. El viaje transcurrió según lo previsto hasta que, tras dejar atrás Mendoza, el piloto alertó a la torre de control de que las condiciones meteorológicas le obligaban a modificar el plan de vuelo: "El tiempo no es bueno, voy a pasar a 8.000 metros para evitar el temporal".


                                                         


Cuatro minutos antes del aterrizaje en Santiago, el aparato informó de su hora de llegada, pero el avión nunca apareció en su destino. Durante más de medio siglo, el misterio de este accidente trató de explicarse a base de encuentros con supuestos ovnis. E incluso la revista 'Stendek' del Centro de Estudios Interplanetarios (CEI) de Barcelona, considerada en su época (1970-1981) una de las más serias publicaciones ufológicas, defendía que el Avro Lancastrian había chocado con un ovni.

Sin embargo, todo se aclaró por casualidad 53 años después. En enero de 2000, un grupo de escaladores halló los restos del avión y de su tripulación en el cerro Tupungato, en la frontera entre Argentina y Chile, a 5.500 metros de altitud. Estaban sobre la pista desde 1998 y, por fin, tras el deshielo de un glaciar, las huellas de la catástrofe salieron a la luz.

 El enigmático avión de transporte DC-3 (1948).

Aunque el vuelo 19 sigue siendo el más famoso, no es el único, ya que la lista de víctimas que se han producido en el Triangulo de las Bermudas es larga. La desproporcionada frecuencia de desapariciones en esta región, en comparación con otras zonas marítimas del mundo, ha dado origen al mito que hoy le rodea. De hecho, las hipótesis que se han barajado para resolver este fenómeno han llegado a sugerir la existencia de visitantes extraterrestres que se llevan a hombres y aparatos para estudiarlos, la presencia de una distorsión espacio-temporal que arrastraría a los aviones a épocas o dimensiones distintas, y hasta la llegada de seres antropomorfos de una civilización muy desarrollada que viven en cúpulas en el fondo del océano.


                                                   
                                                     


Sea como fuere, el 28 de diciembre de 1948, un DC-3 de la compañía Airborne Transport desaparecía por la noche mientras se encontraba a unas 50 millas de Miami, con 32 pasajeros a bordo, sin que ningún resto fuera jamás encontrado.

El último mensaje del capitán aseguraba a la torre de control que todo transcurría con normalidad y que esperaba las instrucciones para aterrizar. La visibilidad y el clima también eran perfectos. Es cierto que, momentos antes de despegar, el comandante había señalado que un faro del aterrizaje no funcionaba y que las baterías estaban sobrecargadas y que les faltaba agua. Al despegar, incluso, las comunicaciones se interrumpieron, pero durante el vuelo se restablecieron de nuevo.

Las baterías no estaban recargadas..

A las 3.40 horas, el comandante de la nave señaló su posición a 80 kilómetros al sur de Miami. Después de esa hora ya no hubo comunicación alguna. Al DC-3 se lo había tragado el cielo. El informe de julio de 1949 hablaba de varias causas que habrían podido estar relacionadas con el vuelo de Airborne Transport: que las baterías no estaban recargadas antes de despegar, que el avión había despegado de San Juan con 53 kilogramos más del peso autorizado, que a los pilotos el mensaje de la torre de control informando del cambio en la dirección del viento no les había llegado, que los sistemas eléctricos no funcionaban correctamente y que el cuadernillo de mantenimiento estaba incompleto.

Al no encontrarse ningún resto, el informe concluyó que no había suficiente información para explicar las causas y circunstancias de la desaparición del avión. Asunto cerrado.

La tragedia del Super Constellation (1954).

La desaparición del Lockheed R7V-1 Super Constellation de la Armada estadounidense es la más trágica y misteriosa de todas cuantas se han producido en el Triángulo de las Bermudas: 52 pasajeros y el avión se volatilizaron sin dejar rastro, el 30 de octubre del 1954.

                                                       



El vuelo partió de Maryland con destino a las Azores con los pilotos, varios soldados del ejército y sus familias. Había despegado sin problemas y, aunque el clima no era el mejor, era el habitual para esa época del año. Eso quiere decir, tormentas y pequeñas turbulencias que no suponían un problema para ningún vuelo ni antes ni ahora. Además, el piloto John Leonard conocía perfectamente la zona y disponía en el avión de un radar climático.

El aparato volaba a 5.200 metros de altura (lo suficientemente alto para evitar la mayor parte de las nubes y turbulencias), cuando contactó con la torre de control para informar sobre posición, como exigía el procedimiento. A las 11.30 horas el Super Constellation se encontraba a 650 kilómetros de la costa estadounidense

Comunicaciones interrumpidas

Después de aquel contacto, las comunicaciones con el avión se perdieron repentinamente. El avión nunca llegó a su destino y jamás se supo que había sido de los pasajeros ni del aparato.

Tras cinco días de búsqueda sin resultado, las investigaciones fueron abandonadas. Tan solo se barajaron un par de hipótesis, pero ninguna pudo ser probada: que el avión se desintegrara en pleno vuelo, tal y como se supone hoy para el vuelo de Malaysia Airlines, y que los pilotos hubieran perdido el control cayendo al océano, aunque en este caso se cree que a los tripulantes les habría dado tiempo a enviar un mensaje de socorro.

Los investigadores no encontraron ningún factor convincente para explicar el accidente. Sus conclusiones fueron las siguientes: "La opinión de la oficina es que el R7V-1 BuNo 128441 encontró una fuerza repentina y violente que no pudo estar controlada por un esfuerzo humano, lo que hizo que el avión fuera  incontrolable. El origen de esta fuerza sigue desconocida".

La desaparición del Grumman (1969).

"¡Vamos hacia el Sol!". Este fue el último mensaje enviado por el telegrafiasta del avión antisubmarino Grumman, desaparecido el 1 de julio de 1969, en al mar de Alborán, frente a las costas de Almería. Cuando transcurrió el plazo fijado para el regreso y el aparato no volvió a su base, ni contestó las llamadas, se organizó una gran operación de búsqueda con importantes medios aeronavales. Tan solo se lograron hallar los dos asientos. Del resto de la nave y de los tripulantes jamás se volvió a saber nada.


                                                   



Fue una búsqueda extrañamente infructuosa, si tenemos en cuenta que en las labores de rescate y búsqueda participaron distintos aviones del Ejército de Tierra, helicópteros, cuatro buques de la Armada e, incluso, unidades especificas de este tipo de siniestros procedentes de las islas Canarias. Pero nada de nada, no hubo suerte.

El comandante que pilotaba el avión, Antonio González de Boado, había despegado del aeropuerto de Jerez de la Frontera (Cádiz) con una misión de control y seguimiento, ante la posible presencia de barcos rusos en misiones de espionaje en aguas desde Gibraltar hasta Almería.

Siniestro "inexplicable"

La investigación realizada por las autoridades declaró el siniestro de "inexplicable". Los medios de comunicación ofrecieron escasos datos sobre el accidente. Para el Ejército del Aire, se debió a la mala suerte, sin más explicaciones. Y hubo expertos en temas de ufología, como Antonio Ribera en el libro 'Los 12 Triángulos de la muerte', que defendieron que este suceso se produjo a causa de un fenómeno paranormal.

Curiosamente el comandante González de Boado fue el primer oficial español que investigó por su cuenta el fenómeno OVNI en España, originando cierto malestar entre sus compañeros a raíz de algún artículo publicado.

Nada más se supo ni de Boada ni de los siete militares que viajaban con él, por lo que los seguidores y amantes de la ufología no tardaron en dar rienda suelta a sus diversas especulaciones. El misterio sigue abierto.

 Air France, el último al que se le perdió la pista (2009).

La desaparición del vuelo de Malaysia Airlines recuerda al que tuvo lugar hace casi cinco años con un avión de Air France, convertida la peor tragedia acontecida en la larga historia de la compañía aérea. Sucedió el 1 de junio de 2009, cuando un Airbus A330 desapareció en aguas del océano Atlántico con 228 personas a bordo (216 pasajeros y 12 tripulantes). El avión despegó de Río de Janeiro (Brasil) y debía llegar al aeropuerto Charles de Gaulle de París, pero cuatro horas y 14 minutos después de partir, las grabaciones de cabina se interrumpieron de repente.


                                                



El avión se desplomó al mar desde más de 11.000 metros de altitud en 3,30 minutos, según la oficina de Investigación y Análisis de Francia (BEA por sus siglas en francés). Esto se produjo después de haber ofrecido información confusa de la velocidad del viento a los pilotos.

La recuperación de las cajas negras del vuelo fue aún más complicada, a pesar de que éstas estuvieron emitiendo diversas señales durante aproximadamente un mes. Iniciaron la localización de la zona del siniestro, en medio del Océano Atlántico, y los equipos realizaron un largo viaje desde los puertos más cercanos. Llegaron al lugar el día siguiente del accidente, encontrando nada más que diversas piezas metálicas y algunas manchas de combustible sobre el agua.

martes, 18 de febrero de 2014

EL ESPEJISMO LLAMADO MARS ONE



El 26 de noviembre de 2011 se lanzaba una de las misiones más populares de los últimos años: el Mars Science Laboratory (MSL) más conocido por todos como Curiosity. Sus capacidades, su tamaño y los objetivos marcados por el Rover llamaron la atención de los grandes medios de comunicación que, junto con una extensa campaña de la NASA, hicieron que la exploración espacial volviera a las páginas de muchos periódicos y telediarios.

Ocho meses después, concretamente el 6 de agosto de 2012, el Curiosity ponía su particular pie en Marte ante la mirada curiosa y emocionada de millones de espectadores por todo el mundo.
Al amparo de esta renovada vuelta al escenario del planeta rojo, surgió una curiosa iniciativa privada que proponía la conquista de Marte en tan sólo una década. Se llama Mars One y, lo que en principio parecía una especie de campaña viral de objetivos inciertos, con el paso de los meses ha ido ganando presencia mediática a base de promesas de futuro tan sorprendentes como posiblemente irrealizables.

Hace unos días, multitud de medios de comunicación volvían de nuevo a prestarle las pocas páginas que suelen dedicar a la ciencia a esta supuesta expedición marciana, anunciando a bombo y platillo que más de 78.000 personas se habían apuntado como candidatos a viajar y colonizar Marte.

Agencias de noticias, periódicos de gran tirada y sus correspondientes webs continúan haciéndose eco de los grandilocuentes anuncios de Mars One, regalando a este disparatado proyecto una publicidad y una presencia que no merece. EFE, El País, El Mundo, Público… todos abren sus secciones de ciencia y espacio a los comunicados de prensa que Mars One va pasando

No obstante, lo peor no es la difusión que están dando a esta misión sino que, en muchos de ellos, apenas se aprecia el más mínimo atisbo de duda o escepticismo ante las posibilidades reales del proyecto.

Así pues, cabe preguntarse precisamente eso: ¿Cuáles son las posibilidades reales de Mars One? Es decir, antes de prestarle más atención y, de paso, publicidad gratuita, deberíamos analizar si estamos ante una iniciativa seria o nos encontramos ante uno de los innumerables fakes que van surgiendo a diario en internet.



                                              



¿Cuáles son esos objetivos de Mars One?

En 2013 comenzaron  las pruebas para escoger a los candidatos.Mas de 78000 personas..fueron seleccionadas.

En  este mismo año ,2014: 
  • daría paso a los preparativos para las misiones así como a la construcción de un satélite de comunicaciones.
  • En enero de 2016 llegaría al planeta vecino la primera provisión de alimentos e instrumental. Además se lanzaría el primer satélite de comunicaciones que orbitaría alrededor de Marte.
  • En 2018 enviarían un vehículo robotizado que exploraría el terreno con la misión de escoger la zona más propicia para el asentamiento humano.
  • En 2021 se enviarían las cápsulas habitables junto con todo el oxígeno y el agua potable necesarios para la colonia.
  • En 2022, exactamente el 14 de septiembre, comenzaría el viaje del primer ser humano rumbo a Marte. El trayecto terminaría diez meses después, en octubre de 2023 con la llegada al destino.
  • Dejo para más adelante el plan para 2025 que incluye la llegada a Marte de un segundo equipo de astronautas y la puesta en marcha de un sistema de streaming que retransmitirá, en directo, en HD y a todas horas del día, las andanzas de los habitantes de la colonia marciana.
Así que, tras comprobar los objetivos, el siguiente dato que considero importante es saber quién o quiénes son los responsables de esta misión… y he aquí una nueva decepción.

El principal y más surrealistas personaje de esta misión Mars One es Paul Römer, creador y productor del programa televisivo Gran Hermano en Holanda. Un dato que nos conecta con uno de los objetivos de la expedición y también una de sus supuestas fuentes de financiación: Emitir un “reality show” desde Marte. Su “idea” es convertir a estos astronautas en una especie de Jim Carrey en el Show de Truman y utilizar los derechos de emisión para costear los gastos del viaje a Marte.


                                                   


                                       
Evidentemente, si a alguien le cuentas que un productor de reality shows holandés ha comenzado un proyecto para colonizar Marte en diez años y que planea financiarlo con la venta a las televisiones de los derechos de emisión de ese Gran Hermano marciano… pues te diría que dejases de fumar las cosas que te encuentras en el suelo… Así que, para que este loco planteamiento pueda tener una mínima imagen de seriedad necesitas algún científico o ingeniero conocido que se preste a dar la cara. Por supuesto, siempre hay alguno, incluso a estas alturas podemos decir que es más que probable que hasta puedas encontrar algún Premio Nobel, como Gerard ‘t Hooft, que te ayude a dignificar tu idea y te sirva de “embajador” ante la comunidad científica.

Una buena campaña de publicidad en redes (que además le sale casi gratis porque los medios le bailan el agua), un par de científicos de algún caché y una página web que más que un proyecto científico parece una sucursal de kukutxumusu para vender camisetas, tazas y recibir donaciones… ¿eso es todo lo que tienen para llegar y colonizar Marte?

Pues sí, eso es todo lo que tienen. Si obviamos por un momento la supuesta voluntad de llegar a Marte, la misión espacial queda reducida a una tienda de camisetas y productos varios para ingresar dinero.

Porque negocio sí que es: ¿Recordamos ahora a esos 78.000 voluntarios que se han presentado como candidatos para la Mars One?… pues, serán voluntarios pero no gratis, porque hasta para apuntarse hay que pagar cantidades que oscilan entre los 75 y los 10 dólares, dependiendo del país de origen del pretendiente.

Y ya que estamos analizando su web estaría bien encontrar alguna explicación coherente de cómo van a llegar a Marte. No es una exigencia muy descabellada, ¿no? Es decir, si cualquiera de nosotros planeamos un viaje, antes de anunciar todas las cosas que vamos a hacer en el destino, sería conveniente saber cómo vamos a movernos hasta él… pues lamentablemente, en Mars One tienen un montón de proyectos y diversiones para los astronautas una vez en Marte pero no parece que sepan como llegar.

El proyecto incluye la construcción de una gran colonia marciana mediante módulos, más 3.000 metros cuadrados (ahí es nada) de paneles solares, un automovil adaptado a la superficie marciana con el que poder explorar el planeta, un sistema de comunicaciones (incluyendo un satélite propio)… y si nos apuramos, podríamos colocar un buen par de piscinas y alguna que otra pista de tenis para darle ambiente. Total, ¿por qué no? La Marina D’Or de Marte.




Pero luego llega la realidad y lo cierto es que lo más importante no está ni siquiera previsto......

Empecemos por el cohete… Sí, aunque no aparezca en sus videos ni en su web, os prometo que para ir a Marte hay que utilizar un cohete. Es una tontería de nada pero, para escapar de la gravedad de la Tierra y hacer un viaje de aproximadamente 80 millones de kilómetros, nos va a hacer falta uno.

¿Y qué cohete van a usar? pues no se sabe. Bueno, no lo saben ellos…

En primer lugar tenemos que descartar a la NASA. En estos momentos ni siquiera pueden enviar astronautas a 100 kilómetros de altura. Después de aparcar definitivamente su programa de transbordadores espaciales, la Agencia Espacial Estadounidense no tiene ninguna capacidad de lanzar a nadie y por el momento incluso para realizar un viaje de órbita baja a la ISS se tienen que conformar con agachar la cabeza y hacer autostop en las viejas pero fiables Soyuz rusas.

Además, el proyecto deja claro que Mars One es una iniciativa privada. Eso nos lleva inevitablemente a SpaceX que en el video apenas aparece citada durante unos milisegundos. ¿la razón? Pues es fácil imaginar: En SpaceX no saben nada de este proyecto. En su web no hay ni una sola mención a que vayan a suministrar el cohete que consiga llevar a Marte todo lo que dicen en Mars One.

Imaginemos por un momento que SpaceX les vende su cohete........

Evidentemente necesitamos el mayor cohete del catálogo de SpaceX y ese es el Falcon Heavy y que hoy por hoy es el más potente que hay… 70 metros de altura, 1400 toneladas de peso, 27 motores Merlin1-D. , todo un pepinazo…Lástima que no haya volado aún.


                                                             



Su vuelo inaugural tendrá lugar, con mucha, mucha, mucha suerte, el año que viene…Así que mirando los planes y plazos de Mars One sería casi estrenarlo y lanzarlo para Marte… Es un problema, para que vamos a negarlo, pero no es el más grave.
El Falcon Heavy es una chulada pero tiene sus limitaciones, una de ellas es clave: A pesar de ser el cohete que más carga útil puede poner en el espacio (doblando la capacidad de carga de los antiguos transbordadores o de otros cohetes como el Delta IV Heavy, el Protón M o el Arianne 5, y triplicando al Atlas V 551) sin embargo, llenándolo a tope solo puede tirar para arriba con 50 toneladas… y ojito: estamos hablando de órbita baja terrestre (LEO).

En términos de carga útil, este cohete tan sólo podría poner unas 5 toneladas en la superficie de Marte. Con eso no tenemos, como se suele decir, ni para pipas. Construir una colonia humana necesita cientos de toneladas (unas decenas como mínimo en el caso de ser dos o tres tripulantes). Pero Mars One afirma que habrá muchos participantes… hagan las cuentas de cuántos cohetes hacen falta lanzar hacia Marte para construir eso a una media de 5 toneladas útiles en cada Falcon heavy.


                                                           



Dejemos el cohete, no nos deprimamos antes de tiempo y pasemos a cosas más positivas como por ejemplo la nave, donde irán los astronautas.
¿Tienen nave o tampoco? pues, esto, mmmm… lo segundo.
Mars One no dice nada de la cápsula que van a usar Por lo que observamos en el video de presentación las naves que usarán son similares a la Dragon de SpaceX. Se inauguraron en octubre de 2012 y consiguieron acoplarse y llevar suministros a la ISS… es una buena noticia para Mars One, verdad?…
Pues no.Las Dragon de Space no son tripuladas.

Pero seguro que SpaceX tiene algo escondido en la manga que pueda llevar astronautas.... Y sí, podríamos decir que tiene en mente algo así.
Se llamará Red Dragon y aún no está construida. Los planes de SpaceX situan la presentación de esta cápsula (que nos vendría de perlas para ir a Marte) en algún momento entre 2015 y 2018… pero una cosa es estar lista y otra muy distinta es ser operativa.
Además hay que sumarle otro problema: La Red Dragon está pensada para ir a Marte, sí, es cierto… pero no para llevar tripulación… Oh, no, otra vez, no!


                                                   



Vamos a suponer que contamos con el Falcon Heavy operativo y que modifican la Red Dragon para llevar astronautas a Marte.
Pues en este magnífico supuesto de fantasía multicolor cada lanzamiento conjunto de FalconH-Dragon podría llevar a Marte una carga útil de aproximadamente una tonelada… repito: Una tonelada cada lanzamiento.

Construir esa especie de Torrevieja marciana parece cada vez más difícil… y eso sin contar con ese pedazo de Rover descapotable que vemos en el video surcando las arenas rojas. Solamente enviar el Curiosity a Marte con su peso de 900 kilogramos ha supuesto un increíble esfuerzo económico, de ingeniería, de años de planificación… Pues para que Mars One pueda tener su vehículo de exploración tendrá que enviarlo por partes y ensamblarlo allí, lo que significa otros tres o cuatro lanzamientos.
¿Os he comentado que Mars One evalúa el coste del primer vuelo en torno a 6.000 millones de dólares y unos 4.000 millones los siguientes lanzamientos? Ups, perdón… quería dejar el tema económico para más adelante, pero no me he podido resistir. Y bueno, tampoco será mucho… según las estimaciones de los propios responsables de Mars One la colonia habitable, los 3.000 metros cuadrados de paneles solares, el vehículo y los tripulantes tendrán un peso aproximado de 400 toneladas… jojojojo. Espero que vendan bien los derechos de televisión de ese reality show porque esos son muchos lanzamientos a Marte.




                                         
                                     


Sobre todo si contamos que no hay retorno… Sí, ya sabemos que los astronautas no piensan volver a la Tierra, pero me refiero también a los cohetes y las cápsulas. Toda la infraestructa solo sirve para un viaje de ida… Ni los Falcon ni las Dragon pueden volver a ser reutilizadas, se quedan en Marte y hay que lanzar nuevas.
400 toneladas, a una media de 1 o 2 toneladas (siendo buenos) cada lanzamiento me salen cientos de lanzamientos para tener esa colonia marciana… a un coste de unos 4.000 millones de dólares cada lanzamiento, los de SpaceX se van a poner muy contentos.
¿Qué traje espacial van a utilizar?… 
Parece una tontería, otra más, pero es que ahora mismo no existe ningún traje extravehicular que pueda funcionar en Marte y por lo visto, los bonitos trajes A7L del Apolo hace décadas que no se fabrican…


                                                     



¿
Y comer? ¿beber?… mmm… ¿respirar? Y no solo en Marte, también habrá que comer algo en el viaje de camino.
¿Qué sistemas de soporte vital se van a usar?
No, no valen los sistemas de la ISS porque no son de ciclo cerrado (es decir, las naves de carga mandan constantemente oxígeno y agua desde la Tierra a la estación) y lo que es peor, requieren equipos enormes: El purificador de agua de la ISS no cabe en una cápsula Dragon, por ponerles un ejemplo.
Un reality show en Marte con astronautas muertos  no va a tener el mismo tirón que si estuviesen vivos…  Hay que hablar de la radiación. ¿Sabe alguien del proyecto Mars One que hay que proteger a los astronautas de la radiación espacial (tormentas solares, rayos cósmicos, y esas pequeñeces)?… y ¿sabrán también que ese equipamiento aún no está listo en ninguna de las cápsulas que existen actualmente? … y que pesa, aquí todo pesa.

Una barbaridad como ésta no es un error de cálculo. Esto es claramente un timo para ganar dinero a costa de los ilusos que compren sus productos, pagen por apuntarse a sus actividades y cualquier otro chanchullo que se les vaya ocurriendo en los próximos años

Quien sabe… lo mismo este productor de Gran Hermano se atreve a dar un paso más allá y construye una base marciana en algún lugar desértico de Texas o Almería e intenta seguir con su engaño mediante televisión… Sería el colofón perfecto para toda esta tontería y de paso haría las delicias de muchos conspiranoicos lunares que tendrían tema del que hablar durante otro medio siglo o más.

domingo, 19 de enero de 2014

H.A.A.R.P


El Proyecto HAARP o la Tierra en peligro;

El proyecto es tan controvertido como peligroso. Sus defensores aducen un sinfín de ventajas de carácter científico, geofísico y militar, pero sus detractores están convencidos de que podrían tener consecuencias catastróficas para nuestro planeta, desde arriesgadas modificaciones en la ionosfera, hasta la manipulación de la mente humana.

              
                                                        

                                                          
                                                                         Nikola Tesla

                                             

                                                       
.                                                            
La carta fue publicada el 20 de Noviembre de 1994 en un periódico de Alaska: el Anchorage Daily News. En ella se aludía a peligrosas investigaciones militares (probablemente relacionadas con un invento de Nikola Tesla) en el transcurso de las cuales se habrían estado enviando haces de partículas desde la superficie de la tierra hacia la ionosfera. El proyecto al que se hacía referencia no era otro que el High-frequency Active Aural Research Program (Programa de investigación de la aurora activa de alta frecuencia), más conocido bajo la sigla HAARP, que formaría parte de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) (“Star Wars”.) Su objetivo: modificar las condiciones de la ionosfera introduciendo cambios químicos en su composición (lo que llevaría consigo un cambio climático), o bien bloquear las comunicaciones mundiales.

         
                                         


                                             

Aquella información debió impresionar al científico Nick Begich, quien junto a la periodista Jeanne Manning se puso inmediatamente manos a la obra para realizar una profunda investigación al respecto. Fruto de la misma vio la luz el libro “Angels don’t play this harp” (Los ángeles no tocan esta arpa), en el que ambos autores plantean inquietantes hipótesis. Una de ellas, por ejemplo, es que de ponerse en marcha, el proyecto HAARP podría tener peores consecuencias para nuestro planeta que las pruebas nucleares.

Laberinto de Intereses:

Begich y Manning están convencidos de que a través del proyecto HAARP se estaría enviando hacia la ionosfera un haz de partículas electromagnéticas orientadas y enfocadas que estarían contribuyendo a su calentamiento.

La versión oficial es, sin embargo, bien distinta. Según ésta, el HAARP es una investigación académica cuyo objetivo es cambiar las condiciones de la ionosfera con el fin de obtener mejoras en las comunicaciones mundiales. No obstante, después de haber estudiado determinados documentos militares norteamericanos, Begich y Manning  aseguran que el objetivo es muy distinto: meramente militares.

Para evitar la oposición de la opinión publica al proyecto, los militares han jugado otra vez una carta que les suele dar muy buenos resultados: la de la prensa. Así, no resulta raro leer en los periódicos norteamericanos que el HAARP no es esencialmente distintos de otros calentadores ionosféricos que ya funcionan en diferentes partes del mundo, como Arecibo, Puerto Rico, Noruega o la antigua Unión Soviética.

Pero mientras la polémica prosigue, también lo hacen las investigaciones por parte de los organismos más interesados en que este proyecto salga adelante: el Ministerio de Defensa de Estados Unidos y la Universidad de Alaska. No podemos olvidar que con la puesta en marcha del mismo, los militares conseguirían un escudo defensivo relativamente barato, mientras que la universidad se apuntaría un tanto relativo a la manipulación geofísica más atrevida que ha tenido lugar desde las explosiones de bombas nucleares en la atmósfera.
Tras realizar una serie de pruebas con “éxito”, Alaska conseguiría no solo ser el escenario de los grandes proyectos militares del futuro, sino también un enorme mercado para sus reservas de gas natural.

La versión oficial o engañando a la Opinión Pública:


Begich y Manning cuentan en su libro que los poderes militares de Estados Unidos engañan intencionadamente al público mediante sofisticados juegos de palabras y una desinformación exagerada.

El Proyecto HAARP ha sido presentado a la opinión pública como un programa de investigación científica y académica. Los documentos militares estadounidenses parecen sugerir, sin embargo, que el objetivo principal de HAARP es “explotar la ionosfera para propósitos del Departamento de Defensa.” Sin referirse explícitamente al programa HAARP, un estudio de la Fuerza Aérea de los EE.UU. menciona el uso de “modificaciones ionosféricas inducidas” como un medio de alterar los modelos climáticos así como trastornar las comunicaciones y el radar del enemigo.

De acuerdo con la Dra. Rosalie Bertell, HAARP forma parte de un sistema integrado de armamentos, que tiene consecuencias ecológicas potencialmente devastadoras.
“Se relaciona con cincuenta años de programas intensos y crecientemente destructivos para comprender y controlar la atmósfera superior. Sería precipitado no asociar HAARP con la construcción del laboratorio espacial que está siendo planeado separadamente por los Estados Unidos. HAARP es parte integral de una larga historia de investigación y desarrollo espacial de naturaleza militar deliberada. Las implicaciones militares de la combinación de estos proyectos son alarmantes… La capacidad de la combinación HAARP/Spacelab/cohete espacial de producir cantidades muy grandes de energía, comparable a una bomba atómica, en cualquier parte de la tierra por medio de haces de láser y partículas, es aterradora. El proyecto será probablemente “vendido” al público como un escudo espacial contra la entrada de armas al territorio nacional o, para los más ingenuos, "como un sistema para reparar la capa de ozono”.

Fuera de la manipulación climática, HAARP tiene una serie de otros usos relacionados: “HAARP podría contribuir a cambiar el clima bombardeando intensivamente la atmósfera con rayos de alta frecuencia;. Convirtiendo las ondas de baja frecuencia en alta intensidad podría también afectar a los cerebros humanos, y no se puede excluir que tenga efectos tectónicos”.

En forma más general, HAARP tiene la capacidad de modificar el campo electromagnético de la tierra. Es parte de un arsenal de “armas electrónicas” que los investigadores militares de los EE.UU. consideran una “guerra más suave y bondadosa”.

Según la versión oficial, las posibilidades del sistema HAARP son muchas. Por ejemplo, dotar a los militares de una herramienta capaz de sustituir el efecto del impulso electromagnético de las bombas nucleares explosionadas en la atmósfera. Asimismo, contribuiría a reemplazar el sistema de comunicaciones con submarinos de muy baja frecuencia por una tecnología más eficaz, a crear un nuevo sistema de radar “mas allá del horizonte”, o a eliminar las comunicaciones en un área muy extensa sin afectar a las de los propios interesados. El HAARP sería también (siempre según la versión oficial) una herramienta eficaz de disuasión que obligaría a revisar buena parte de los acuerdos de paz y no-proliferación de armas nucleares, así como un medio ideal para la prospección de yacimientos de petróleo, gas natural y minerales.
Y, entre otras cosas, supondría también un instrumento válido para detectar posibles ataques de aviones o misiles en vuelo bajo (lo cual resulta aún difícil con los radares convencionales).

Desde luego, estas utilidades parecen interesantes sobre la base de políticas de defensa nacional que, además, resultarían muy baratas. Sin embargo, el proyecto tiene “otra cara” muy peligrosa, y es precisamente ésta la que Begich y Mannning describen en su libro con el fin de darla a conocer a la opinión pública para que ésta reaccione en contra de la puesta en marcha del proyecto HAARP.


                                            
                                                  



Peligro inminente:

Parece ser que son doce las patentes que forman la médula espinal del proyecto HAARP. Una de ellas, la número 4.686.605, del físico texano Bernard Eastlund, que hace referencia a un “método y un equipo para cambiar una región de la atmósfera, ionosfera y/o magnetósfera”, estuvo clasificada por orden expresa del gobierno durante todo un año. En realidad, el calentador ionosférico de Eastlund es diferente a otros conocidos hasta la fecha: la radiación de radiofrecuencias (RF) se concentra y enfoca en un punto de la ionosfera, consiguiendo proyectar una cantidad de energía sin precedentes, que puede alcanzar hasta los 10 gigavatios. La enorme diferencia de potencial generada (dicen Begich y Manning) podría cambiar e incluso desplazar la ionósfera, provocando un caos total en las comunicaciones de la tierra, tanto terrestres como marítimas. Así como destruir misiles o aviones, cambiar las condiciones atmosféricas al modificar la absorción de los rayos solares y aumentar las concentraciones de ozono, nitrógeno e incluso afectar negativamente al cerebro.


                                       


Sin embargo, éstas no son las implicaciones más peligrosas del HAARP. Hay otras muchas mas graves todavía.

En este sentido, Beguich afirma que, con relación al proyecto, existe un informe sobre el desarrollo de un sistema capaz de manipular y trastornar los procesos mentales humanos mediante la radiación pulsada de frecuencias de radio sobre extensas zonas geográficas. El material más completo sobre esta tecnología se encuentra en los escritos de Zbigniew Brzezinski, ex Consejero de Seguridad Nacional con el presidente Carter y con J.F. Mac Donald, consejero científico del presidente Johnson. En ellos se informa sobre el uso de los transmisores de energía para la guerra física y medio-ambiental, y sobre como pueden afectar negativamente a la salud y el pensamiento humano. Otro de los documentos descubiertos por Beguich pertenece a la Cruz Roja Internacional, y en él, este organismo advierte de los efectos perniciosos de la energía radiada. Incluso deja constancia de las bandas de frecuencia que generan estos efectos, que (¿casualmente?) ¡…se corresponde con las gamas que puede transmitir el HAARP…!


                                             



¿Un programa de control social?:

En 1970 Zbigniew Brzezinski avisaba sobre la aparición de una sociedad controlada por la tecnología y dirigida por una elite capaz de influir en los votantes gracias a la superioridad de sus conocimientos científicos.

En su libro, Beguich retoma esta idea cuando asegura que, sin los obstáculos presentados por los valores liberales tradicionales, ésta no dudaría en utilizar incluso técnicas capaces de influir en el comportamiento de la gente para afianzar su poder. Pues bien, para algunos este futuro “orwelliano” podría estar acercándose (si es que no está aquí ya) peligrosamente.
De acuerdo con un documento donde se explican las posibles aplicaciones de los campos electromagnéticos artificiales en situaciones cuasi-militares, Begich asegura que este tipo de técnicas de control, al igual que los sistemas de seguridad de las bases militares o los métodos anti-persona utilizados en las guerras tácticas, entrarían dentro del amplio radio de acción del Proyecto HAARP. Es mas, según él, los sistemas electromagnéticos podrían ser empleados incluso para provocar trastornos fisiológicos de importancia moderada o grave, tales como distorsiones perceptibles y/o desorientación, y hasta para estimular las capacidades paranormales de determinados individuos.

Al parecer, el documento citado explica también otra “ventaja” de estas técnicas tan silenciosas como difíciles de neutralizar: su extensa cobertura mediante un solo sistema.. Finalmente, Begich se pregunta si este impactante documento hace referencia a un proyecto ya en marcha y reviewúa la posibilidad de que se trate del HAARP, puesto que es el transmisor de frecuencias de radio más potente del mundo.
Y otro dato muy significativo. Resulta que, según el gobierno de Estados Unidos, uno de los usos del HAARP es su capacidad para localizar yacimientos minerales, silos subterráneos de misiles y túneles, una faceta del proyecto a la que en 1996 el Senado destinó nada menos que 15 millones de dólares. La cuestión es que la frecuencia necesaria para que las radiaciones penetren en la Tierra queda dentro de la banda más asociada con los trastornos de las funciones mentales humanas y, paralelamente, también puede tener efectos negativos sobre las rutas de migración de aves y peces, que siguen sus trayectos dependiendo de campos de energía hasta ahora no alterados.

La manipulación del clima:

Por si fuera poco, a la posible manipulación de las mentes humanas y las modificaciones en la ionosfera habría que sumar nuevos efectos negativos. El propio creador del calentador ionosférico del proyecto HAARP, Bernard Eastlund, asegura que su invento podría, también, controlar el clima. Una afirmación que ha llevado a Begich a concluir que si el HAARP operase al cien por cien podría crear anomalías climatológicas sobre ambos hemisferios terrestres, siguiendo la teoría de la resonancia tan empleada por el genial Nikola Tesla en sus inventos. Un cambio climatológico en un hemisferio desencadenaría otro cambio en el otro hemisferio. Una posibilidad que no se debe descartar, sobre todo a tenor de las opiniones de científicos de le Universidad de Stanford, que aseguran que el clima mundial podría ser controlado mediante la transmisión de señales de radio relativamente pequeñas, a los cinturones de Van Allen. Por resonancia, pequeñas señales activadoras pueden controlar energías enormes.

En este libro Begich se pregunta si estos conocimientos van a ser empleados con fines bélicos o pacíficos, pues, según explica, hay precedentes de lo segundo precisamente durante la Guerra de Vietnam. Así, dice, el Departamento de Defensa estadounidense habría llegado a manipular relámpagos y huracanes a través de dos proyectos: el Skyfire (fuego del cielo) y el Stormfury (furia de la tormenta) en los que también se habría estado trabajando para producir efectos a gran escala a partir de pequeñas fuentes activadoras.


                                               




Y, en efecto, es mas que posible que las afirmaciones de Begich no sean tan descabelladas como pudiera parecer al principio. No en vano, unos años antes, en 1958, el capitán T. Orville (consejero principal de la Casa Blanca y encargado de los estudios sobre cambio climático) admitió que el Departamento de Defensa estaba investigando “métodos para manipular las cargas de la Tierra y el cielo con la intención de producir cambios en el clima” por medio de un haz electrónico que ionizaría o desionizaría la atmósfera sobre una zona determinada.

                                             
                                           





Después, en 1966, el profesor Gordon Mac Donald (miembro del comité científico del presidente) realizaría un comentario preocupante: “la clave de la guerra geofísica está en identificar la inestabilidad ambiental que, sumada a una pequeña cantidad de energía, liberaría cantidades ingentes de la misma “. Y en su libro futurista “A menos que la paz llegue” Mac Donald incluiría un capítulo titulado “Como destrozar el medio ambiente”, en el que describe los usos de la manipulación climática, modificación del clima, desestabilización o derretimiento de los casquetes polares, técnicas para reducir el ozono, ingeniería de terremotos, control de las olas oceánicas y manipulación de las ondas cerebrales desde campos energéticos terrestres. Decía que este tipo de arma iba a ser desarrollada y una vez puesta en marcha, sería prácticamente imposible de ser detectada por sus víctimas. ¿Se estaría refiriendo ya al Proyecto HAARP?.

Científicos contra el Haarp:

El gran peligro del proyecto HAARP es que se desconocen las consecuencias que supondría enviar tanto energía hacia la ionosfera. La doctora estadounidense Elizabeth Rauscher afirma que el HAARP pretende “bombear” cantidades ingentes de energía hacia una configuración molecular sumamente delicada que compone las capas de lo que llamamos ionosfera, y advierte de la vulnerabilidad de estas capas a las reacciones catalíticas, ya que un cambio pequeño podría desencadenar uno mucho mayor y de consecuencias desconocidas. Rauscher describe la ionosfera como una burbuja de jabón que rodea a la atmósfera de la Tierra con movimientos espirales en su superficie. Si se hace un agujero lo suficientemente grande, dice, podría “reventar” dejándonos sin el escudo protector contra los rayos cósmicos. Por su parte, Bárbara Zickhur, miembro de la Liga anti-HAARP, compara a los científicos y militares que están detrás del proyecto con “niños que juegan con un palo afilado tratando de despertar a un oso dormido”, solo para ver que podría pasar


                                     




Otro investigador, Paul Schaefer, de Kansas City, ingeniero electrónico y constructor de armas nucleares habla en el libro “Los ángeles no tocan esta arpa” de los desequilibrios provocados durante la era industrial y atómica, especialmente aquellos causados por la irradiación a la atmósfera de gran cantidad de partículas diminutas de alta velocidad. Schaefer sostiene que la velocidad antinatural del movimiento de partículas de alta energía en la atmósfera y las bandas de radiación que rodean a la Tierra son la causa de los trastornos del clima.
Según el modelo propuesto por este científico, mediante los terremotos y la actividad volcánica desaforada, la Tierra estaría descargando su calor acumulado aliviando su presión y tratando de recuperar el equilibrio perdido. Schaefer es terminante al afirmar que, si se quiere preservar al planeta, debe cesar la producción de partículas inestables que lo están enfermando.

Habría que empezar, asegura, por cerrar todas las centrales nucleares del mundo y terminar con todas las pruebas atómicas, las guerras atómicas y cualquier iniciativa relacionada con la llamada “Guerra De Las Galaxias”. Además, por supuesto, de no poner en marcha el controvertido proyecto HAARP.

Por todo ello, los autores de “Los ángeles no tocan esta arpa” lideran una campaña para salvaguardar la ionosfera. Además, pretenden exigir la transparencia de los secretos militares y protestar contra todo tipo de experimento que atente directamente contra la supervivencia de la humanidad.

El importante debate sobre el calentamiento global bajo los auspicios de la O.N.U. no da más que una visión parcial del cambio climático. Fuera de los impactos devastadores de las emisiones de gases de efecto invernadero sobre la capa de ozono, el clima del mundo puede ahora ser modificado como parte de una nueva generación de sofisticadas “armas no letales.” Tanto los estadounidenses como los rusos han desarrollado la capacidad de manipular el clima del mundo.


                                                  


La evidencia científica reciente sugiere que el HAARP está en funcionamiento y que tiene la capacidad potencial de desencadenar inundaciones, sequías, huracanes y terremotos. Desde un punto de vista militar, HAARP es un arma de destrucción masiva. Potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar selectivamente los sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras.

Armas del Nuevo Orden mundial :

El Proyecto HAARP forma parte del arsenal de armas del Nuevo Orden Mundial bajo la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). Desde puntos de comando militar en los EE.UU., se podría potencialmente desestabilizar economías nacionales completas a través de manipulaciones climáticas. Lo que es más importante, esto puede ser implementado sin que el enemigo tenga conocimiento de ello, a un costo mínimo y sin comprometer a personal o equipo militar como ocurre en una guerra convencional.
Muchas personas no comprenden como HAARP está subvencionado y promovido por el ejército.¿Acaso no sería esta una arma biológica insuperable capaz de producir temporales o sequías sobre diversos territorios elegidos?

El uso de HAARP (si fuera aplicado) podría tener impactos potencialmente devastadores en el clima del mundo. Respondiendo a los intereses económicos y estratégicos de los EE.UU., podría ser utilizado para modificar selectivamente el clima en diferentes partes del mundo, lo que resultaría en la desestabilización de sistemas agrícolas y ecológicos.


                                                   



También vale la pena señalar que el Departamento de Defensa de los EE.UU. ha destinado recursos substanciales al desarrollo de sistemas de inteligencia y monitoreo de los cambios climáticos. La NASA y la Agencia de Imaginería y de Mapas del Departamento de Defensa (NIMA, su sigla en inglés) trabajan en “imaginería para estudios de inundaciones, erosión, peligros de deslizamientos de tierras, terremotos, zonas ecológicas, pronósticos del tiempo, y cambios climáticos” con información transmitida por satélites.

En funcionamiento:

Aunque no hay evidencia concreta de que HAARP haya sido utilizado, las conclusiones científicas sugieren que está en condiciones de pleno funcionamiento en la actualidad. Lo que significa que HAARP podría ser utilizado potencialmente por los militares de los EE.UU. para modificar selectivamente el clima de una “nación inamistosa” o de un “estado delincuente” a fin de desestabilizar su economía nacional.

Los sistemas agrícolas tanto en los países desarrollados como en vía de desarrollo ya están en crisis como resultado de las políticas del Nuevo Orden Mundial que incluyen la desregulación de los mercados y el dumping de las materias primas. Se ha documentado ampliamente que la “medicina económica” impuesta al Tercer Mundo y a los países del antiguo bloque soviético por el FMI y el Banco Mundial, ha contribuído en gran parte a la desestabilización de la agricultura nacional. A su vez, las provisiones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) han apoyado los intereses del puñado de conglomerados agro-biotécnicos occidentales en su intención de imponer semillas genéticamente modificadas (GMO) a los agricultores en todo el mundo.

Es importante comprender el lazo entre los procesos económicos, estratégicos y militares del Nuevo Orden Mundial. En este contexto, las manipulaciones climáticas bajo el programa HAARP (accidentales o deliberadas) exacerbarían inevitablemente estos cambios al debilitar a las economías nacionales, destruyendo la infraestructura y provocando potencialmente la bancarrota de los agricultores en vastas áreas.


                                                      




Sin duda los gobiernos nacionales y las Naciones Unidas deberían considerar las posibles consecuencias del Proyecto HAARP y de otras “armas no-letales” sobre el cambio del clima,que pueden llevar a la extinción de cierta parte de la humanidad.


                                               
     





                                       
                               

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